de proteínas de origen animal aumentará un 14 % en la próxima década, en comparación con el periodo base 2018-2020, impulsado principalmente por el incremento de los ingresos de la población. En este contexto, se estima que la disponibilidad de carne bovina crecerá un 5,9 % para el año 2030.

 

En Chile, aunque la ganadería bovina ha mostrado una tendencia a la baja, con una disminución del 33 % en su masa ganadera respecto al último censo de 2007, se prevé un aumento en la demanda interna y externa de carne bovina (Rojas, 2019). Este escenario presenta importantes desafíos a nivel nacional e internacional, especialmente en términos de calidad y sostenibilidad. 

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Actualmente, las principales apuestas para la producción de carne bovina en Chile se centran en aumentar la competitividad frente a otras carnes y frente a países del Mercosur, así como en reducir los costos de producción. Por ello, el desarrollo del sector enfrenta grandes retos en los ámbitos productivo, comercial y de investigación y desarrollo (I+D).

 

Entre los desafíos y oportunidades clave se incluyen aspectos como la sostenibilidad, la competencia internacional y la provisión de productos de alta calidad. Además, factores como la incorporación de tecnología, la mejora en la sanidad animal, la diversificación de mercados y la optimización de infraestructura son esenciales para impulsar la industria cárnica chilena.

 

Para enfrentar estos desafíos, es crucial disponer de herramientas que fortalezcan toda la cadena de valor de la carne bovina, desde el productor hasta el consumidor final. La actualización y disponibilidad de información sobre la producción bovina son fundamentales, tanto a nivel nacional como internacional.

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